Él se los armaba,
Él fumaba cigarrillos.
El papel era de Austria
el tabaco, nacional
las penas, de su interior.
El humo se alejaba
y volteaba para verlo
“Pobre loco, ahumado
en su vacío”
Nunca nadie logró
separarlo de su filtro.
El viento sangraba,
La nicotina perlada
Se consumía los nervios
Exhalaba duras piedras
Un encuentro cotidiano
Ansioso por que llegue
Espíritu Santo fumó
Y hasta la cruz volaba
Sinfines de esperanza
Muertas en una pitada
Él era feliz
No buscaba magia
Y su cuerpo veneraba
A lo que otros llaman
Lágrima mortal
Él y sus cigarrillos
eran uno.
Eran únicos.
Él se los armaba
Él fumaba cigarrillos
30/01/2011
Hola Lucia, que te puedo decir, lo tuyo es excepcional, seguiré disfrutando de tus escritos.
ResponderEliminarTe dejo un fuerte abrazo.