Suelo oscurecerme en
verano y eclipsar mi vida. Entonces el calor me sofoca y me reprime. Con una
pizca de agua silba el vuelto de noche y día. La gota se traba en pétalos de rosa
aterciopelada.
Húmeda respiración, llena
de vida y vuelos a veces, me convenzo de nadar sola a mi anteojo. Luego me empujo las alegrías inesperadas y
sorprendo con un ramo de flores.
A veces amanezco y me despierto rosada, con la
vista en el bello amarillo. Ojala
pudiera volar, ver mas allá de las largas nubes, donde se encuentran mis
deseos.
A veces cuando amanezco, sucede que llego a
ese lugar, antes de pisar la realidad,
adoro nadar allí. Sumergida en el océano de hojas y flores secas.
Algún día podría
perderme, será maravilloso. Encontraría cascadas, selvas e inmensas criaturas.
Así, no tendría que volver a correr las persianas y hacer mi cama. Lindo sería
perderme en un mundo atardecido y ahogarse en la luna, esconder la cabeza bajo el
agua y mirar el mundo desde arriba, o desde abajo, también desde el medio.
Zarpar viajes de aventuras, de piratas y enumerar
islas estrelladas.
A veces cuando amanezco
sucede que me puedo perder en mis sueños. A veces cundo atardezco sucede que me
sumerjo en ellos.
27/07/2011