Ella se luce. Ella,
lucía. Ella brilla con luz opaca y suele andar descalza por el pasto. Ella no
baila. Ella descansa. Ella espera. Espera. Espera. Ella cierra los ojos y no
duerme. Los abre y sueña. Con el sol entre los árboles ella se luce. Ella, lucía.
Ella es torpe y no
dibuja. Es torpe con los pies, es torpe con las manos. Es torpe con los labios.
Sus mechones negros tapan sus ojos. Ella se tapa. Ella se cubre, nadie la
descubre.
Ella escribe
cartas. Ella recibe cartas y las huele. Las huele. Ella no sabe muchas cosas.
Las que conoce las guarda en frascos de loza.
Ella es torpe.
Rompe los frascos y sus ideas se van. Se van, se van. Ella las corre, no
volverán, no volverán. Ella tiene buenos principios. Buenos inicios, pero el
enlace no se desenlaza y vuelta a un nudo, aún, mas grande. Ella tiene buenos
principios morales. Morales. Ella no se los calza, los incorpora. Los
incorpora.
Ella se aburre. Se
aburre de. Se aburre de ella. Ella no existe, solo es un rumor del viento. Ella
se inventa, ta, ta, ta…ella se descubre, descubre sin que la descubran. Nadie
la descubre, ella se cubre.
Ella es infantil,
practica y no le sale. Se frustra, es infame. Su cuerpo dibuja y desdibuja sus
curvas. Difícil camino que nadie quiso recorrer. Nadie quiso.
A ella le roban el corazón, pero no viceversa.
Se descompone de la risa, mientras gotones de pena mojan su ropa.
Ella se luce. Ella,
Lucía
11/02/2011