Tengo una gallina que sirve para
hacer canciones, para hacer aviones. Se pavonea. Dentro y fuera de la casa, por
el borde de la calle y por la zanja. Suelta un huevo y sigue su paso. Salpica plumas
al alcanzar la granada.
Al trepar
el limonero se tuerce una pata y cae desdoblada. Exagera sus gritos y el
envolverse entre las flores ¿a quién llama? Se esconde para que la encuentren,
se dobla para calar. Encalla cerca del mar y la sal se mezcla con la sangre
caliente. Y las plumas.
No cicatriza,
es horrible el olor a miedo al amanecer. Tantos verbos para usar sin nada que
los pueda secar. Acciones perseguidas en una ola de claras gestálticas a la
hora de la merienda. Dependiendo de alguien que no es sino mas que una mirada
de costado. Sin ganas de soñar. La gallina distraída, emborrachada de
maternidad muere al fin presa de sus chillidos inaudibles.
2/05/2012
Extraña gallina la tuya Lucia, la comiste?
ResponderEliminarUn abrazo.